“Pep Guardiola no continuará la próxima
temporada” con estas palabras el presidente Sandro Rosell confirmaba los peores
presagios de los barcelonistas, el entrenador que llevó a este equipo a la
gloria decidía irse del “club de su vida” para tomarse un año sabático y poder así
desconectar del mundo del fútbol. Dejaba atrás cinco años como entrenador, uno
en el Barcelona B y cuatro con el primer equipo. Su despedida recordó a cuando
anunció, allá por el año 2001, aún como jugador, que abandonaba la disciplina
del Barça para poder conocer otros mundos futbolísticos, se iba después de 17
largos años en el club que capitaneaba, por el que pasó por todas las
categorías y en el que lo ganó todo. Su primer destino fue Italia en donde jugó
con el Brescia y el Roma, después escogió un lugar más exótico como Catar,
donde coincidió con su amigo Fernando Hierro y terminó su carrera en México, en
el año 2006.
Un año después, el Barça lo llamó para que
entrenara a su equipo filial, Guardiola lo vio como una oportunidad de poner en
práctica los conocimientos que había aprendido durante todos sus años como
jugador, tanto en el club barcelonista como fuera de él.
En el año que pasó entre su retirada y la
llamada del Barcelona, además de sacarse el carnet de entrenador, Guardiola
aprovechó para seguir conociendo más a fondo el mundo del fútbol, viajó a
diferentes lugares para reunirse y charlar con distintos entrenadores y conocer
así sus métodos de entrenamiento. Una de las anécdotas más comentadas es la
charla que mantuvo con Marcelo Bielsa cuando éste era seleccionador de Chile,
Bielsa y Guardiola, dos enfermos del futbol, se pasaron horas y horas hablando
solamente de este deporte.
Su primera temporada fue un éxito, consiguió
ascender al filial a segunda división B, con un futbol muy vistoso y efectivo, sin
embargo, la temporada del primer equipo fue desastrosa. Los directivos
decidieron, entonces, darle la oportunidad a un hombre de la casa como Pep de
entrenar en primera. Esta decisión fue muy valiente y arriesgada pero todo el
mundo del barcelonismo estaba convencido de que era la decisión correcta, era
la vuelta a los orígenes, un soplo de aire fresco para un equipo cansado, además
nadie dudaba de Guardiola, desde muy joven ya había demostrado un gran carácter
y unas grandes dotes de mando, en su época de jugador, a pesar de ser uno de
los más jóvenes del equipo, era uno de los lideres del vestuario, era la extensión
del entrenador en el campo, veía y
entendía el futbol como nadie, y esas cualidades era lo que el Barça necesitaba
en estos momentos.
A medida que la temporada avanzaba, se hacía
cada vez más palpable que la decisión de darle el mando a Guardiola había sido
más que acertada, el equipo jugaba como nunca, además la base del equipo era la
cantera, jugadores que el año anterior habían jugado en tercera división, ahora
jugaban en primera y no se notaba la diferencia. Todo el mundo señalaba a Pep
como el gran artífice de este cambio, la prensa deportiva mundial estaba
enloquecida con él, fue el descubrimiento del año, esta locura se alimentó del
hecho de que Guardiola había tomado la decisión de no dar entrevistas
personales, no quería ser el centro de atención, creía que el mérito se lo
debían llevar enteramente sus jugadores, esto dice mucho de su personalidad.
Hombre cercano pero siempre celoso de su
vida privada, nunca quiso mezclar su vida personal y profesional. Es el ejemplo
perfecto del hombre moderno: educado, culto, elegante e intelectual, con
intereses más allá del fútbol como la lectura o el teatro. Una de las
características que más destacan en él es la de ser un gran orador, sabe lo que
tiene que decir en cada momento, ya sea arengando a su equipo o en una rueda de
prensa, siempre tiene la situación bajo
control, tiene perfectamente calculado lo que va a decir o a hacer, un gran
ejemplo de ello son los duelos dialécticos que mantenía con su compañero de
profesión y rival José Mourinho en las salas de prensa.
Fruto de esos otros intereses, se encuentra
la decisión de animar a sus jugadores a que leyesen libros, sin ir más lejos el
primer año como entrenador del primer equipo puso como lectura obligatoria el
libro Saber Perder, de un buen amigo suyo como David Trueba.
Precisamente, ese primer año, su debut como
entrenador en primera división, será el año que quedará para la historia, el
Barcelona se convirtió en el único equipo hasta el momento en conseguir todos
los títulos posibles, 6 títulos en una sola temporada. Esta buena racha
seguiría hasta el final de su trayectoria como entrenador, ganando otros 8
títulos más en 3 temporadas.
Sin embargo, para un hombre tan autoexigente
como él no era suficiente, creía que era el momento del cambio, que ya no tenía
nada más que ofrecer y como no quería ser una carga decidió marcharse, su
puesto fue ocupado por el que había sido durante todos estos años su
lugarteniente, el segundo entrenador, Tito Vilanova. Esta
decisión de no continuar, fue muy discutida, pero no extrañó en Can Barça ya
que Guardiola siempre tuvo fama de controvertido y de hacer lo que él cree
correcto a pesar de lo que piensen los demás.
Al término de la temporada 2011/2012, como ya
había adelantado, desapareció de los medios, se fue con su familia a Nueva
York, a desconectar del fútbol y a descansar después de 4 intensísimos años. No
volvió a aparecer oficialmente hasta hace unos meses, en Zúrich para la gala
del balón de oro, en donde anunció que el próximo año volverá a entrenar pero no
desveló a qué equipo. Semanas después, su representante declaró que el equipo
al que entrenará será el Bayern de Múnich. Una vez más, Guardiola tomaba una
decisión que nadie esperaba, una decisión controvertida, nadie sabe las razones
que lo llevaron a elegir al Bayern pero lo que todo el mundo sabe es que
volverá a triunfar.